Historia

Ningún visitante puede pasear por Tucumán sin saber que el mismo suelo que pisan al recorrerla, fue el que pisaron los congresales en 1816 para declarar la independencia del poder español en la Casa Histórica. Pero para llegar a ese día histórico, hay que ir un poco más atrás.

San Miguel de Tucumán fue fundada dos veces. La primera fue en 1565 por Diego de Villarroel en un lugar conocido como “Ibatín”. Y la segunda, en 1685, por Fernando Mate de Luna, en un sitio llamado “La Toma”, cercano al margen derecho del Río Salí.

La ciudad comenzó a crecer a pasos agigantados y ya en el siglo XIX, hacia la década del 70, llegó el ferrocarril.

En un país en el que la inmigración fue ultra masiva, San Miguel no fue la excepción. Durante el siglo XIX y el XX, españoles, árabes, judíos e italianos incidieron en la arquitectura, que fue dejando de lado el estilo colonial para construir el neoclasicismo, eclecticismo y pintoresquismo en su reemplazo.

Al hablar de la ciudad, dos fechas son imprescindibles. La primera, el 24 de septiembre de 1812, cuando el general Manuel Belgrano (también creador de la bandera argentina) venció a las tropas de Pío Tristán en la conocida Batalla de Tucumán. Y la segunda, la más importante para todo el país, el 9 de julio de 1816, cuando la Casa Histórica de la ciudad fue la sede de la declaración de la Independencia argentina.

En los primeros años de 1900 se incorporaron a la ciudad 400 hectáreas destinadas a parque y se conformó el primer espacio verde de magnitud similar a los grandes parques de París y Londres. Eran los primeros pasos para que San Miguel fuera lo que es: el Jardín de la Argentina. Durante el siglo XX, la ciudad siguió creciendo e incorporó los edificios en altura.