Con el inicio de septiembre y cuando la temperatura empieza a subir de a poco, también comienzan a florecer uno de los regalos más grandes que la llegada de la primavera le trae a Tucumán: los lapachos rosados. De pronto, las calles de la provincia se ven invadidas por enormes flores acampanadas que son todo un espectáculo para la vista y también para capturar con nuestro celular o cámara como recuerdo.
¿Sabías que el lapacho rosado fue declarado árbol oficial de Tucumán? Así es. Además, cada 6 de septiembre, cuando al final del invierno estos empiezan a abrir sus pétalos y teñir de colores las callecitas celebramos su día provincial. A través de la ley, se busca la promoción y protección de sus especies autóctonas para que las próximas generaciones también puedan disfrutarlas.
El “Jardín de la República” hace justo honor a su apodo con este nacimiento floral que también coincide con el surgimiento de los azahares que llenan con su perfume tan fresco y característico cada lugar: una verdadera explosión para nuestros sentidos.
Si bien en Tucumán es más habitual ver los lapachos autóctonos rosados, esta flor tan vistosa también se da en otros colores y tonalidades como el amarillo, que cuenta con numerosos ejemplares en la provincia, en violeta e incluso en blanco, que a veces podés tener la suerte de encontrar si das un paseo por las calles tucumanas.
Cada lapacho es una postal. A donde sea que mires, vas a ver rosa. ¡Rosa que te quiero rosa!