“Voy a tratar de convencer a los tucumanos de que su vino es riquísimo y que tienen una oportunidad muy grande para hacer negocios”. Así respondió a la consulta la reconocida sommelier Marcela Rienzo minutos antes de iniciar su disertación en la Jornada de Capacitación en Vinos Tucumanos organizada por el Ente Tucumán Turismo. La cita fue este miércoles 5 en un salón del Jockey Club de Tucumán y contó con una amplia participación de personal del sector turístico local.
La especialista y divulgadora de vinos visitó la provincia por última vez junto a Elizabeth Checa en el mes de julio, cuando descubrió que al tucumano “le costaba convencerse que su vino es recomendable”. Por ello, a través de su nueva visita en Tucumán, declara que quiere “abrir la ventana para que crean en su propio producto”.
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La presentación de la charla estuvo a cargo de la vicepresidenta del Ente de Turismo provincial, Elena Colombres Garmendia, que celebró la presencia de los más de 120 asistentes, en su mayoría personal de restaurants, hoteles, oficinas de Información Turística y chefs de toda la provincia.
La funcionaria explicó que la iniciativa obedece a “generar acciones diferentes para lograr resultados distintos”. En tanto, sobre el conocimiento que los propios tucumanos tienen acerca de sus vinos, manifestó que “necesitamos que se apropien de este atractivo tan fuerte, con identidad propia, para que nos ayuden a promocionarlo y sean ellos mismos quienes los ofrezcan”.
Ofrecer desde el orgullo
Entre los participantes, que además de la charla disfrutaron de una experiencia multisensorial degustando numerosas etiquetas de la Ruta de Vino tucumana, estuvo Claudina Mamaní, rectora del Instituto Americano, establecimiento que se especializa en la formación de profesionales de la gastronomía. La titular de la institución celebró la decisión del Ente Tucumán Turismo de organizar la capacitación y resaltó sus beneficios: “Los avances de este proyecto ponderan la producción y comercialización, junto a su aplicación, en la cocina de vanguardia que se lleva adelante actualmente en la provincia”.
Por su parte, Rubén Roldán, de La Criolla Restó Arte, señaló que al ser visitado su establecimiento por numerosos turistas, “ellos nos consultan acerca de qué vino de la región podemos ofrecerles. Ahí tenemos que capacitarnos y especializarnos para poder vender nuestros productos”.
En un planteo elocuente hacia la audiencia, Rienzo lanzó: “¿Se le ocurriría a alguno recomendar una empanada que no fuera tucumana? Bueno, con el vino pasa lo mismo. Ustedes no me van a recomendar otra empanada. Por esto, recomendemos vinos tucumanos, que están acá nomas, le dan trabajo a la gente y son una experiencia completa por todo lo que la rodea. Yo estoy convencida. ¿Ustedes?”.
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Descriptos por Rienzo como “muy directos y que se expresan fácilmente” por su intensidad, madera y aroma, la sommelier destacó que los vinos tucumanos “están diseñados naturalmente para el paladar argentino: son apasionados, como una persona que se brinda y eso es también una ventaja”, consideró.
La Ruta del Vino tucumana plantea un recorrido por las 18 bodegas que se encuentran a lo largo de la emblemática Ruta Nacional 40 y la Ruta Provincial 307. Allí pueden conocerse los procesos productivos vitivinícolas, degustarse exquisitos vinos de altura y descubrirse los tesoros arqueológicos y culturales heredados de los antiguos habitantes de los Pueblos Originarios diseminados en Amaicha del Valle, El Pichao, las Ruinas de Condorhuasi, Talapazo y la Ciudad Sagrada de Quilmes.
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Para más información visitar Diario de Viaje: la Ruta del Vino
La especialista y divulgadora de vinos visitó la provincia por última vez junto a Elizabeth Checa en el mes de julio, cuando descubrió que al tucumano “le costaba convencerse que su vino es recomendable”. Por ello, a través de su nueva visita en Tucumán, declara que quiere “abrir la ventana para que crean en su propio producto”.
La presentación de la charla estuvo a cargo de la vicepresidenta del Ente de Turismo provincial, Elena Colombres Garmendia, que celebró la presencia de los más de 120 asistentes, en su mayoría personal de restaurants, hoteles, oficinas de Información Turística y chefs de toda la provincia.
La funcionaria explicó que la iniciativa obedece a “generar acciones diferentes para lograr resultados distintos”. En tanto, sobre el conocimiento que los propios tucumanos tienen acerca de sus vinos, manifestó que “necesitamos que se apropien de este atractivo tan fuerte, con identidad propia, para que nos ayuden a promocionarlo y sean ellos mismos quienes los ofrezcan”.
Ofrecer desde el orgullo
Entre los participantes, que además de la charla disfrutaron de una experiencia multisensorial degustando numerosas etiquetas de la Ruta de Vino tucumana, estuvo Claudina Mamaní, rectora del Instituto Americano, establecimiento que se especializa en la formación de profesionales de la gastronomía. La titular de la institución celebró la decisión del Ente Tucumán Turismo de organizar la capacitación y resaltó sus beneficios: “Los avances de este proyecto ponderan la producción y comercialización, junto a su aplicación, en la cocina de vanguardia que se lleva adelante actualmente en la provincia”.
Por su parte, Rubén Roldán, de La Criolla Restó Arte, señaló que al ser visitado su establecimiento por numerosos turistas, “ellos nos consultan acerca de qué vino de la región podemos ofrecerles. Ahí tenemos que capacitarnos y especializarnos para poder vender nuestros productos”.
En un planteo elocuente hacia la audiencia, Rienzo lanzó: “¿Se le ocurriría a alguno recomendar una empanada que no fuera tucumana? Bueno, con el vino pasa lo mismo. Ustedes no me van a recomendar otra empanada. Por esto, recomendemos vinos tucumanos, que están acá nomas, le dan trabajo a la gente y son una experiencia completa por todo lo que la rodea. Yo estoy convencida. ¿Ustedes?”.
Descriptos por Rienzo como “muy directos y que se expresan fácilmente” por su intensidad, madera y aroma, la sommelier destacó que los vinos tucumanos “están diseñados naturalmente para el paladar argentino: son apasionados, como una persona que se brinda y eso es también una ventaja”, consideró.
La Ruta del Vino tucumana plantea un recorrido por las 18 bodegas que se encuentran a lo largo de la emblemática Ruta Nacional 40 y la Ruta Provincial 307. Allí pueden conocerse los procesos productivos vitivinícolas, degustarse exquisitos vinos de altura y descubrirse los tesoros arqueológicos y culturales heredados de los antiguos habitantes de los Pueblos Originarios diseminados en Amaicha del Valle, El Pichao, las Ruinas de Condorhuasi, Talapazo y la Ciudad Sagrada de Quilmes.
Para más información visitar Diario de Viaje: la Ruta del Vino