Un proyecto cultural solidario: conocé la Cooperativa Ruta del Tejido

El trabajo comunitario es la base del crecimiento y fortalecimiento de un pueblo; y justamente de ese espíritu colectivo nació la Cooperativa Ruta del Tejido, una organización de la que dependen 18 familias del valle y que se dedica a producir y comercializar textiles elaborados con técnicas ancestrales.

“Nuestra organización comenzó hace más de 20 años a partir de la necesidad de garantizar un ingreso y un trabajo digno para nosotros y nuestras familias”, cuenta Andrea Fiorina Gatti, referente de la Cooperativa. Surgió tras la crisis del 2001, reuniendo a artesanos y artesanas que ya dominaban el tejido, pero no encontraban canales de venta para su producción.

La artesanía textil del valle atraviesa un proceso fascinante que comienza con la recolección de la fibra, obtenida mediante la esquila de animales regionales como llamas y ovejas. Tras seleccionar el material que será hilado, se tiñe con pigmentos naturales y luego se procede al tejido utilizando distintas técnicas. Fiorina explica que en el valle predominan tintes disponibles durante todo el año, como el té negro, la cúrcuma o las cáscaras, lo que facilita la producción y la entrega constante de las artesanías. No obstante, con el aumento de la demanda, la cooperativa hoy se concentra especialmente en las etapas posteriores al teñido.

“Para el tejido utilizamos telares verticales para elaborar alfombras; telares horizontales para almohadones y distintas prendas de vestir como ponchos, chalecos o vestidos. También empleamos diversos bastidores y telar redondo”, detalla Gatti. En la cooperativa buscan abarcar la mayor cantidad posible de técnicas ancestrales, con el objetivo de realzar las costumbres de su pueblo, un valor que quienes visitan el valle y buscan sus productos reconocen y aprecian profundamente.

“Teníamos el sueño común de que nuestros hijos tuvieran un lugar donde trabajar, con ingresos, y hoy es un hermoso proyecto cultural que nos sostiene y nos permite transmitir la cultura de la que somos parte, mientras la hacemos crecer”, concluye la tejedora con orgullo.