Historia

Si algo tiene Tucumán, es historia. Historia que apasiona y conmueve y que va más allá de la “Casa Histórica” que dibujó todo argentino en la escuela primaria para recordar que aquí se declaró la Independencia del país. El mismo suelo que pisa cada visitante al recorrerla, es el que pisaron los congresales en 1816 para declarar la independencia del poder español. Sin embargo, antes de que ese grito de libertad llenara los corazones argentinos, Tucumán ya era rica en historia y en historias. ¿Querés saber por qué?


Diego de Rojas fue el primer conquistador español que llegó a la provincia en 1550 por los Valles Calchaquíes. La región estaba poblada entonces por tres naciones diferentes: los indios Diaguitas, los Tonocotés y los Lules.


En 1565 arribó Diego de Villaroel con la orden de fundar la ciudad. A unos 40 kilómetros de la actual capital se encuentra un lugar llamado Ibatín y fue allí en donde, el 31 de mayo de ese mismo año se realizó la primera fundación de “San Miguel de Tucumán y Nueva Tierra de Promisión”.


En 1685 se reubicó la ciudad en un sitio llamado “La Toma” (actual emplazamiento), cercano al margen derecho del Río Salí en donde Fernando Mate de Luna la fundó por segunda vez. A lo largo de los tiempos coloniales, Tucumán fue el eje demográfico, económico y comercial del Río de la Plata y era la ruta obligada hacia el Alto Perú.

Al hablar de la ciudad, dos fechas son imprescindibles. La primera, el 24 de septiembre de 1812, cuando el general Manuel Belgrano (también creador de la bandera Argentina) venció a las tropas de Pío Tristán en la conocida Batalla de Tucumán. La población tucumana prestó apoyo al general quien  entregó el bastón de mando a la Virgen de la Merced, considerada la “Virgen Generala” de los argentinos. Cuatro años más tarde, el 9 de Julio de 1816, un hecho marcaría a fuego a la provincia de Tucumán: la declaración de la Independencia en la famosa Casa Histórica, ícono y sello distintivo de los argentinos.


Luego de la Independencia la ciudad se desprendió de su raíz norteña y la cultura adoptó un perfil metropolitano y universalista, para convertirse en centro comercial, industrial y cultural. En un país en el que la inmigración fue ultra masiva, San Miguel no fue la excepción. Durante el siglo XIX y el XX, españoles, árabes, judíos e italianos incidieron en la arquitectura, que fue dejando de lado el estilo colonial para construir el neoclasicismo, eclecticismo y pintoresquismo en su reemplazo.


En los primeros años de 1900 se incorporaron a la ciudad 400 hectáreas destinadas a parque y se conformó el primer espacio verde de magnitud similar a los grandes parques de París y Londres. Eran los primeros pasos para que San Miguel fuera lo que es: el Jardín de la Argentina. Durante el siglo XX, la ciudad siguió creciendo e incorporó los edificios en altura.


Con la historia que tiñe al Jardín de la República, no es fortuito que Tucumán sea hoy la provincia más importante del NOA.