Ciudad Sagrada de Quilmes

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Aunque cuesta imaginar que hacia el año 800 d.C los Quilmes estuvieron allí y fueron uno de los asentamientos prehispánicos más importantes de los pueblos Calchaquíes, el paisaje de las Sierras y el cordón Calchaquí enamora al visitante y habla por sí solo.

Los Quilmes fueron un poblado indígena que alcanzó un inmenso desarrollo social y económico; en el siglo XVII llegó a tener 3.000 habitantes en el área urbana y 10.000 en los alrededores. En la falda del cerro, el turista podrá advertir las reconstrucciones de la zona residencial, rematada por una fortaleza situada en la cima y dos fortines a ambos costados, sobre la cornisa.

El visitante podrá recorrer el complejo acompañado por un guía y quedará sorprendido al conocer cada detalle del último bastión de la resistencia aborigen ante el avance español, que claudicó recién en 1667, cuando 1.700 sobrevivientes fueron trasladados a pie hasta las proximidades de Buenos Aires (actual ciudad de Quilmes), adonde llegaron apenas 400.

Para llegar a la Ciudad Sagrada de Quilmes en vehículo particular, se debe tomar desde Amaicha del Valle la Ruta Provincial Nº 307, recorrer 15 kilómetros aproximadamente hasta empalmar con Ruta Nacional Nº 40 y desde allí, continuar 3 kilómetros más en dirección norte. A mano izquierda deberá ingresar por un camino de tierra que, 5 kilómetros más adelante, le permitirá acceder al lugar.  En caso de no contar con vehículo propio, es posible contratar una excursión con una empresa privada desde la ciudad de San Miguel de Tucumán, o bien ir en micro hasta Amaicha del Valle y desde ahí contratar la excursión ya que ninguna empresa de transporte público llega hasta dicho sitio.

Recientemente ha sido inaugurado el Centro de Interpretación de la Ciudad Sagrada de los Quilmes. Se erigió sobre la base de una construcción ya existente en donde funcionaba un museo y mercado artesanal. Fue remodelado íntegramente para generar un espacio interpretativo que transmita y perpetúe la memoria ancestral de este pueblo originario. Cuenta con cuatro salas interpretativas que relatan a través de diferentes recursos visuales, auditivos y táctiles varios aspectos de la vida de los Quilmes.

Como un prólogo que ubica históricamente al visitante, la primera sala recorre una diversidad de temas tales como los orígenes de los Quilmes, el asentamiento en el valle Calchaquí y el río Santa María o Yokavil.

La segunda sala recrea escenas de las actividades de los Quilmes y de algunos sitios emblemáticos de la Ciudad Fortaleza narrando la vida cotidiana, la organización familiar y las viviendas de este pueblo. Se exhiben réplicas de vestimentas y adornos, armas, herramientas de labranza, enseres familiares, utensilios para la cosecha, almacenaje y preparación de alimentos, elementos utilizados en prácticas religiosas o funerarias y objetos que ilustran la vida y costumbres de la comunidad.

Cuenta con un auditorio correspondiente a la sala número tres en el que se proyecta un impactante espectáculo audiovisual que resume la historia,  geografía y vida social del pueblo Quilmes. Una experiencia donde se vivencia los orígenes del macizo precordillerano de las Cumbres Calchaquíes, hasta el destierro de la comunidad que buscó infructuosamente su desarraigo y desaparición.
A través de vitrinas y muros la cuarta sala exhibe el valioso legado patrimonial de objetos y diseños originales de la cultura Quilmes.

Finalmente, existen también dos espacios  dedicados al día y a la noche y su significado en la vida de este pueblo. Una singular “línea del tiempo”, consigna la historia del valle Calchaquí y de la Nación Quilmes desde su llegada hasta su trágico cautiverio y peregrinación. En la última parte del recorrido el visitante podrá observar el laboratorio, sala donde se encuentran piezas arqueológicas aún en proceso de estudio por un equipo de profesionales especializados.


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