La quietud propia de los pequeños pueblos te invita a disfrutar de la siesta. El sol, el vino, la comida y la brisa son el mejor condimento para llenarte de paz.
En Talapazo se resguarda la historia ancestral. Las influencias históricas confluyen y en la entrada del pueblo, una pequeña capilla blanca rodeada de eucaliptos nos da la bienvenida. Una vez al mes la campana resuena para convocar a todas las familias a agradecer a San Bartolo, el patrono del pueblo.
Por detrás de la misma un escenario hecho de pircas y pintado de blanco simula ser una enorme caja coplera. Allí se realiza a mediados de noviembre el “Encuentro de Copleros del Valle Calchaquí”, al que asisten desde todos los puntos y provincias donde se extiende el territorio para cantarle a la vida.
Entre las coplas se dicen versos, en formas de piropos y la picardía en contestar es la gracia del encuentro.
Cada comunidad del Valle se distingue por su canto. El sello indiscutible: el grito al final de cada copla es un grito que significa desahogo, despojo de las penas que las lleva el viento a través de los cardones.
Otra de las festividades más importantes es el 1ro. de agosto en honor a la Pachamama.
Una de las herencias más significativas que aquí se mantiene viva desde hace miles de años. El lema es inquebrantable “La Madre Tierra nos da, para cubrir nuestras necesidades, jamás nos hace faltar. Pero no para placer. Nuestro deber siempre será proteger la naturaleza”.
Fogón de mitos y leyendas:
Bajo un manto de estrellas característico del cielo en Talapazo, podrás participar de un fogón donde la historia de esta comunidad se mantiene viva a través de ceremonias, coplas, mitos y leyendas.
Inicia con una ofrenda al fuego para purificar el cuerpo y el espíritu, acompañada de una infusión ancestral elaborada con siete tipos de hierbas, alcohol y yerba mate. Las noches de Talapazo invitan a recorrer la cultura y el legado de sus antepasados escuchando los relatos que atesora el lugar y su canto ancestral, la copla.
La experiencia se realiza a la luz de la luna hasta la medianoche y, mientras las cajas resuenan, las historias que se pasaron de generación en generación, cobran vida.
En Talapazo se resguarda la historia ancestral. Las influencias históricas confluyen y en la entrada del pueblo, una pequeña capilla blanca rodeada de eucaliptos nos da la bienvenida. Una vez al mes la campana resuena para convocar a todas las familias a agradecer a San Bartolo, el patrono del pueblo.
Por detrás de la misma un escenario hecho de pircas y pintado de blanco simula ser una enorme caja coplera. Allí se realiza a mediados de noviembre el “Encuentro de Copleros del Valle Calchaquí”, al que asisten desde todos los puntos y provincias donde se extiende el territorio para cantarle a la vida.
Entre las coplas se dicen versos, en formas de piropos y la picardía en contestar es la gracia del encuentro.
Cada comunidad del Valle se distingue por su canto. El sello indiscutible: el grito al final de cada copla es un grito que significa desahogo, despojo de las penas que las lleva el viento a través de los cardones.
Otra de las festividades más importantes es el 1ro. de agosto en honor a la Pachamama.
Una de las herencias más significativas que aquí se mantiene viva desde hace miles de años. El lema es inquebrantable “La Madre Tierra nos da, para cubrir nuestras necesidades, jamás nos hace faltar. Pero no para placer. Nuestro deber siempre será proteger la naturaleza”.
Fogón de mitos y leyendas:
Bajo un manto de estrellas característico del cielo en Talapazo, podrás participar de un fogón donde la historia de esta comunidad se mantiene viva a través de ceremonias, coplas, mitos y leyendas.
Inicia con una ofrenda al fuego para purificar el cuerpo y el espíritu, acompañada de una infusión ancestral elaborada con siete tipos de hierbas, alcohol y yerba mate. Las noches de Talapazo invitan a recorrer la cultura y el legado de sus antepasados escuchando los relatos que atesora el lugar y su canto ancestral, la copla.
La experiencia se realiza a la luz de la luna hasta la medianoche y, mientras las cajas resuenan, las historias que se pasaron de generación en generación, cobran vida.